Descripción
Para un deportista, enfrentarse a una competición significa dar lo máximo. Se trata de la puesta a punto de sus condiciones físicas en un entorno variable y con el objetivo de alcanzar el mejor rendimiento posible. Con demasiada frecuencia, el deportista, capaz de dejarse la piel, de superar el dolor y de pelear hasta la extenuación, es consciente de que el mayor de los impulsos proviene de un músculo llamado MENTE que, por supuesto, también hay que entrenar. En este sentido, como profesionales que interactuamos con deportistas, debemos ser capaces de comprender el desarrollo holístico de los atletas, incluidos los dominios biofísicos y psicosociales, y aplicar este conocimiento a su práctica de entrenamiento.
Leer más...