Descripción
Actualmente unos 800 millones de personas practican el voleibol al menos una vez por semana en todo el mundo. Este deporte se juega principalmente en Europa Occidental, América del Norte e India y engloba más de 220 federaciones nacionales afiliadas; por su parte, el baloncesto es un deporte practicado por unos 450 millones de personas en todo el mundo distribuidas en 213 federaciones nacionales y divididas, a su vez, en 5 federaciones continentales. El baloncesto es especialmente popular en los EE. UU. y en China, así como en toda Europa continental y América del Sur, lo que lo convierte en uno de los deportes mundiales más practicados; además, el futbol sala y el balonmano son deportes practicados por unos 30 y 19 millones de personas respectivamente. Es evidente, por tanto, la relevancia de los deportes de equipo indoor y, el elevado impacto en diferentes ámbitos como el político, social, económico y cultural a nivel mundial. Los deportes colectivos en general y, los deportes de equipo indoor en particular, han basado generalmente sus métodos de entrenamiento en la teoría general del entrenamiento utilizada para los deportes individuales, particularmente el atletismo. Dada las evidentes diferencias entre ambos tipos de deportes, parece lógico plantear un nuevo enfoque que se adapte mejor a las propias características y necesidades de los deportes colectivos. En este sentido, es ineludible un cambio de paradigma que conduzca a los entrenadores y profesionales del ámbito deportivo en una dirección más adecuada. Para ello, debemos conocer las características propias de los deportes de equipo indoor, basadas en el paradigma de la complejidad y, así, proponer una metodología que empodere al jugador y todas sus estructuras y capacidades como la piedra angular de esta propuesta. Los altos requerimientos neuromusculares, bioinformacionales y fisiológicos que impone la competición en los deportes colectivos indoor, unido con unos calendarios competitivos cada vez más densos suponen una alta carga en los deportistas. La comprensión del efecto de los resultados de las cargas de entrenamiento y competitivas en el rendimiento deportivo y en la “prevención” de lesiones se convierte, por tanto, en una cuestión crucial para los entrenadores, los preparadores físicos, los científicos deportivos y para los profesionales relacionados con la medicina deportiva. En este sentido, los avances tecnológicos han provisto de nuevas herramientas a todos estos profesionales permitiéndoles entre otros aspectos el control, la valoración y la monitorización de la carga para optimizar el proceso de entrenamiento, el rendimiento y “prevenir” lesiones.